En la capital trasandina, Buenos Aires, se realizó una masiva protesta de activistas defensores de los animales. Esta vez la cita se hizo sentir para la utilización excesiva de pieles de animales. El problema radica en que en Argentina, capital de la moda en Sudamérica, se utilzan pieles de felinos, de cocodrilos, osos y hasta elefantes. Las razones van desde atuendos por moda, así como por ostentación social. Condenable práctica si se sabe de antemano que una piel de animal sobre los hombros de una señora de alta alcurnia no causa respeto, sino repudio.Los activistas se tiraron en plena avenida principal de Buenos Aires con sus cuerpos desnudos y ensangrentados haciendo sentir la impotencia del uso indiscriminado y poco regulado de los tapices de animales inocentes que nada saben de moda ni de riqueza.
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